Decir que la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guasave opera con número rojos no es novedad. Desde el primer trimestre del 2014, la gerencia había presentado números en Cabildo para advertir que más del 80 por ciento de los ingresos se gastaban en el pago de nómina, que en este municipio, a diferencia, de otros había siete trabajadores por toma, cuando la media nacional recomienda que sean mas o menos cuatro empleados por cada domicilio.
El problema de JUMAPAG tiene años. Desde el 2010, el Congreso del Estado había recomendado que se recortaran al menos a cien empleados, la medida no se acató y las consecuencias estan a la vista. La cifra de empleados rebasa facilmente los 500. El problema es una bola de nieve que sigue creciendo y junto con ella la deuda ante el Seguro Social, Infonavit, incluso la Secretaría de Hacienda y Crédito Público también va en aumento.
Por eso la advertencia que hizo la presidenta municipal Diana Armenta en el sentido de que podría declarar en quiebra a JUMAPAG y con ello disolver lo que hasta ahora sigue siendo una fuente de empleos es una medida factible. Esta no sería la primera paramunicipal en desaparecer. En Sonora, un organo operador del sistema de agua potable y drenaje fue retomado por el gobierno del estado, ante la incapacidad de un gobierno municipal para operarlo.
Y hay que decirlo a corto plazo no existe ninguna alternativa de solución que no sea el despido de personal, sin embargo al parecer tampoco hay recursos para liquidar a los trabajadores , lo que pinta de cuerpo entero lo que esta pasando.
Incluso se sabe que desmoralizados porque no hay un futuro economíco halagador para quienes ahí laboran ya hay al menos tres trabajadores de segundo nivel que pusieron la carta de renuncia en la mesa de la gerencia.
El tema es delicado, pero a grandes males grandes remedios.Solo habrá que esperar para saber si Diana Armenta se anima a dar el siguiente paso. (Por Rosina Ávila)